Fue un rostro impenetrable, cargado a partes iguales de belleza y personalidad. “Tanta y tan intensa es su hermosura, que duele”, la definió Jean Cocteau cuando la conoció en un rodaje en 1950. Alguien tan segura de sí misma como María Félix , nunca se sorprendió cuando le llegó el éxito, porque presumía de haber podido elegir el momento. Siempre supo decir “no” a Hollywood y jamás quedó satisfecha de los papeles que interpretó en casi medio centenar de películas. Tal era su desdén, que siempre argumentó para rechazar la llamada del cine americano que “siempre me ofrecían papeles de campesina india y yo no nací para llevar canastas”.
La vida de María Félix solo es posible de explicar a través de sus películas y de su gran personalidad y belleza, con personajes que parecieran hechos a medida y que interpretó en melodramas campesinos, temas revolucionarios, dramas urbanos y adaptaciones de novelas. “María Félix nació dos veces: sus padres la engendraron y ella, después, se inventó a sí misma”. Es una frase del Premio Nobel mexicano Octavio Paz que define la esencia de la que probablemente sea la actriz más importante de la historia del cine mexicano.
La diva y una de las figuras más importantes de la llamada Época de Oro del séptimo arte de México se llamaba en realidad María de los Ángeles Félix Güereña. Nació tal día como hoy de hace 108 años, un 8 de abril de 1914 en Álamos -en el estado de Sonora- y, como si lo hubiese planeado, murió el mismo día 88 años después. Conocida por el sobrenombre de ‘La Doña’ a partir de su personaje en el filme Doña Bárbara (1943), también es conocida como ‘María Bonita’ gracias a la canción compuesta exclusivamente para ella como regalo de bodas por el compositor Agustín Lara.
Su padre era descendiente de los indios yaqui y su madre tenía ascendencia española. Tuvo 15 hermanos, de los cuales murieron tres. De niña disfrutó con aficiones propias de los chicos, alejada de los juegos y conversaciones típicas femeninas. María se ejercitó como consumada jinete, subía a los árboles y, por encima de todo, admiró siempre a su hermano Pablo, hasta tal punto que sus padres los separaron por miedo a que la relación pasase de lo fraternal a lo incestuoso y lo enviaron a él a una academia militar. Nunca tuvo buena relación con sus hermanas, quizás por su diferencia física, ya que todas eran rubias por herencia materna, así como por el contraste de personalidad de María respecto a ellas.
El paso del tiempo transformó la belleza natural de María Félix en hermosura y desde muy pronto su aspecto comenzó a llamar la atención allá por donde iba. Logró el título de reina de la belleza estudiantil en la Universidad de Guadalajara y a pesar de su juventud, a los 17 años se casó con Enrique Álvarez Alatorre, un vendedor de la firma de cosméticos Max Factor con quien tuvo a su único hijo, Enrique Álvarez Félix, que también después fue actor.
El amor no le duró mucho a lo largo de su vida a María, y acabo divorciándose de Enrique. Tras su separación, regresó a Guadalajara con su familia, siendo objeto de rumores debido a su condición de divorciada. Ante esta situación, decidió trasladarse a Ciudad de México con su hijo y empezar una nueva vida como recepcionista en la consulta de un cirujano plástico y viviendo en una casa de huéspedes. Un día, el padre de su hijo la visitó en la capital mexicana y se lo llevó a Guadalajara, negándose a devolvérselo. María le juró que algún día sería más influyente que él y se lo quitaría, algo que logró algunos años después con la ayuda de su segundo marido.
La diferencia entre la joven y la arrolladora María Félix y la diva en que se convirtió después fue que a la primera poco menos que la casaron a la fuerza para que pudiera emanciparse, y la segunda tuvo múltiples amantes y se casó tres veces más, con la fama de hablar en la vida real como lo hacían los personajes de sus películas y convirtiéndose en una especie de ‘mujer fatal’ para el público que la seguía.
“Si me da la gana, lo haré. Pero cuando yo quiera. Y será por la puerta grande”
Casi recién llegada a Ciudad de México, el director de cine Fernando Palacios le preguntó a María en plena calle que si le gustaría hacer cine. Ella respondió de forma directa: “Si me da la gana, lo haré. Pero cuando yo quiera. Y será por la puerta grande”. Y, efectivamente, la puerta grande no tardó en abrirse, y en 1942 rodó El peñón de las ánimas al lado de Jorge Negrete, si bien el éxito le llegaría con Doña Bárbara , un personaje que, a partir de entonces, interpretaría delante y fuera de las cámaras: dura, altanera, dominante, desafiante y lo que se definía como hembra-macha por sus movimientos y forma de hablar. Basada en la novela de Rómulo Gallegos, en la que encarnaba a una mujer soberbia, temperamental y devorahombres. Fue su tercera película y, gracias a ella, María Félix se ganó el mote de ‘La Doña’ y su fama se disparó.
Con su estrellato cinematográfico despertó esa nueva María tan segura de lo que hacía y de lo que podía conseguir y empezó la sucesión de hombres en su vida. “Yo los escogí a todos. Por eso los podía dejar cuando quería. ¿Luchar por un hombre? ¡Hay tantos!”, ironizaba con frecuenta para demostrar su seguridad. Se casó tres veces más, pero sus amores más sonados fueron los que mantuvo con Jorge Negrete y con el compositor Agustín Lara, quien hasta le compuso un himno.
Más tarde, por las películas como Enamorada , Río escondido y Doña Diabla , obtuvo el Premio Ariel como mejor actriz, y años después la Academia Mexicana de Ciencias y Artes Cinematográficas (AMACC) reconoció su carrera con un Ariel de Oro a su trayectoria.
La diosa arrodillada , Maclovia , La cucaracha , Tizoc , Camelia , La Valentina , La estrella vacía , Mesalina , La monja alférez , La mujer sin alma , French Cancan y La pasión desnuda fueron otras de sus películas más destacadas. En total, participó en 47 largometrajes entre México, España, Italia y Francia, pero nunca sucumbió a la llamada de Hollywood. Se alejó de los rodajes cinematográficos en 1970 y a partir de ese momento se dedicó a vivir de su leyenda acudiendo a estrenos, certámenes internacionales de cine y yendo a la televisión para hablar de sus recuerdos, mientras dedicaba unos meses del año a pasarlos en su casa de París, donde también tenía un establo de caballos de carreras.
Trabajó con los grandes directores de la época como Emilio ‘El Indio’ Fernández, Ismael Rodríguez, Roberto Gavaldón, Julio Bracho, Emilio Gómez Muriel, al igual que con extranjeros como Luis Buñuel, Jean Renoir, Luis César Amadori y Carmine Gallone, entre otros.
En 1992, su hijo Enrique publicó un libro con las fotografías de María Félix y prologado por Octavio Paz. Ella misma escribió una autobiografía, Todas mis guerras , en 1993. Además de su carrera profesional, María siempre fue noticia. Su tercer marido, Jorge Negrete, murió de hepatitis 14 meses después de su matrimonio en 1952 y, a su regreso a México con sus restos, fue criticada por llevar pantalones. Su cuarto marido, un empresario suizo, Alex Berger, con quien se casó en 1956, murió en 1974. Con él quiso tener su segundo hijo “precisamente porque no me lo pidió”, explicó, pero sufrió un aborto.
María Félix fue modelo de pintura de muchos artistas famosos, entre ellos Jean Cocteau y Diego Rivera, uno de sus numerosos amantes, quien, tal vez como venganza, la retrató con un vestido transparente; también inspiró a muchos escritores, entre otros a Octavio Paz y Carlos Fuentes. Asimismo, fue vestida por los mejores diseñadores y, en 1984, fue nominada en Francia e Italia como una de las mujeres mejor vestidas del mundo. Ficción o realidad, se decía que hasta el rey Faruk de Egipto le habría ofrecido la corona de Nefertiti por una noche de amor.
María fue una coleccionista de porcelana, alfombras, joyas, plata, chales de cachemira, vestuario chino, libros y muebles antiguos. La mañana del 8 de abril de 2002, el cantante Juan Gabriel, que al igual que Agustín Lara le había compuesto un himno, María de las María , la llamó por teléfono para felicitarla por su 88 cumpleaños. “La Doña todavía no se ha despertado”, le dijo el mayordomo, pero en realidad La Doña ya estaba muerta, el mismo día de su nacimiento , como si lo hubiese planeado para acrecentar su leyenda.
Meses después, cuando se supo que le había dejado todas sus propiedades y dinero a su joven asistente, Luis Martínez de Anda, y nada a sus hermanos, estos pidieron que se exhumara el cadáver “para comprobar que María no fue envenenada”. Este acto fue retransmitido en directo por la televisión aunque el resultado confirmó que “murió por una insuficiencia cardiaca”.
Sus familiares dejaron entonces de hacer ruido y el heredero comenzó a subastar los muebles, los cuadros, los vestidos y las joyas de la diva , siendo muchos de ellos comprados por sus seguidores.
El carácter indomable de María Félix , su altivez y su mirada retadora la encumbraron como una gran diva del cine mexicano. Quienes la conocieron defendieron siempre, sin embargo, su amabilidad y dulzura, y culparon su fama a los papeles que en realidad interpretaba en el cine. Lo que nadie puede negar es que la actriz desafió de manera continua las normas establecidas y evitó siempre ser encasillada en un cine que bordeaba de forma continua los estereotipos de la época.
Fue una mujer avanzada a su tiempo y que tuvo un comentario acertado cuando se le preguntaba de política. Es recordada también por su oposición al machismo, sus opiniones sobre el mundo del espectáculo, la moda, su rivalidad con Dolores del Río, sus joyas y sus hombres… porque en el fondo, María Félix continúa siendo noticia en todo el mundo.
María de los Ángeles Félix Güereña (Álamos, Sonora; 8 de abril de 1914 - Ciudad de México; 8 de abril de 2002), más conocida como María Félix, fue una actriz mexicana.[1] Es considerada una de las máximas divas del cine mexicano y una de las figuras femeninas más importantes de la llamada Época de Oro del cine mexicano. También fue considerada una de las mujeres más bellas del cine de su tiempo, y uno de los máximos mitos eróticos del cine de habla hispana. Con Jorge Negrete, Pedro Armendáriz y Dolores del Río, representa a las máximas figuras del cine latinoamericano de las décadas de 1940 y 1950.
Es conocida por el sobrenombre de «la Doña», nombre que ganó a partir de su personaje en el filme Doña Bárbara (1943).[1] También es conocida como «María Bonita», gracias a la canción compuesta, exclusivamente para ella, como regalo de bodas, por el compositor Agustín Lara. Completó una trayectoria cinematográfica que comprendió 47 películas realizadas entre México, España, Francia, Italia y Argentina.[2]
Biografía [ editar ]
Infancia y juventud [ editar ]
María de los Ángeles Félix Güereña nació en Álamos, Sonora, el 8 de abril de 1914. Fue hija de Bernardo Félix Flores, militar y político, descendiente de indio yaqui y españoles. Su madre se llamaba Josefina Güereña Rosas y era de ascendencia vasca. Tuvo once hermanos: Josefina, María de la Paz, Pablo, Bernardo, Miguel, Mercedes, Fernando, María Eugenia, Ricardo, Benjamín y Ana María del Sacramento.[3]
Su infancia transcurrió en Álamos. La familia vivía con dignidad, a pesar de no ser ricos. Durante su infancia mantuvo una estrecha relación con su hermano Pablo, tanto que la madre los separó pensando que pudieran envolverse en una relación incestuosa.[4] Con tal objeto, envió a Pablo al Heroico Colegio militar, en la Ciudad de México. Quienes conocieron a María dicen que, de niña, disfrutaba con aficiones propias de muchacho, alejada de cuanto se esperaba de una niña. De jovencita se ejercitó como consumada jinete. Nunca tuvo buena relación con sus otras hermanas, comenzando por su diferencia física (todas sus hermanas eran rubias por herencia materna), así como también por la, desde entonces, contrastante personalidad de María.
Posteriormente, la familia se mudó a Guadalajara. El tiempo transcurrió favorablemente para su hermosura; muy pronto su aspecto comenzó a llamar la atención. Fue coronada reina de la belleza estudiantil en la Universidad de Guadalajara. Muy joven aún, en 1931, aceptó en matrimonio a Enrique Álvarez Alatorre, un vendedor de la firma de cosméticos Max Factor, con quien procreó, en 1934, a su único hijo, el también actor Enrique Álvarez Félix. Finalmente, acabaría divorciándose de Álvarez Alatorre en 1938. Tras su divorcio, María vuelve a Guadalajara con su familia, siendo objeto de chismes y murmuraciones debido a su condición de divorciada. Ante esta situación, María decide trasladarse a Ciudad de México con su hijo Enrique.[5]
Una vez allí, consiguió empleo como recepcionista en la consulta de un cirujano plástico y vivió en una casa de huéspedes. Un día, el padre de su hijo la visitó en la capital, y de forma deliberada se lo llevó y se negó a devolvérselo, llevándoselo con él a Guadalajara. María le juró que algún día sería más influyente que él, y se lo quitaría.[6] María logró recuperar la custodia de su hijo algunos años después con ayuda de Agustín Lara.
La próspera relación de María con el cine empezó por azar. Se hallaba mirando escaparates en el Centro Histórico de la Ciudad de México (entre las calles de Palma y Francisco I. Madero) cuando el director Fernando Palacios la abordó preguntándole si le gustaría hacer cine. La respuesta pertenece también al mundo de los tópicos que configuran la leyenda de La Doña: “¿Quién le dijo que yo quiero entrar en el cine? Si me da la gana, lo haré; pero cuando yo quiera, y será por la puerta grande”. Finalmente Palacios logró convencerla de incursionar en el cine. Convertido en su pigmalión, comenzó a orientarla y a presentarla en los círculos de cine.[5] Hizo su primera aparición en el Baile Blanco y Negro del Country Club de la Ciudad de México al lado de algunas de las figuras más populares de la época, como Esther Fernández, Lupe Vélez y Andrea Palma. Eventualmente la llevaron a Hollywood, a los estudios de la Metro-Goldwyn-Mayer. Allí conoció a Cecil B. DeMille, quien le ofreció lanzarla en Hollywood, pero a María no le interesó. Prefirió comenzar su carrera en su país. Finalmente, y gracias a Palacios, le ofrecieron el papel estelar femenino en una película de Producciones Grovas El Peñón de las Ánimas, de Miguel Zacarías.[7]
Carrera cinematográfica [ editar ]
Primeros años (1942-1945) [ editar ]
En la película El Peñón de las Ánimas[2], de Miguel Zacarías, María alternó con el actor y cantante Jorge Negrete. María Félix y Jorge Negrete empezaron una mala relación durante el rodaje, ya que él había solicitado a su novia Gloria Marín para el papel principal. Por esta causa el rodaje de El Peñón de las Ánimas fue difícil y condujo a un enfrentamiento directo entre ambos. Lo que contribuyó a cimentar la fama de "La Doña" como una mujer dura y altanera, que tanto contribuyó a su éxito.[1]
Tras el rodaje de El Peñón de las Ánimas, su fama no paró de crecer. Sin embargo, en su segunda película, María Eugenia, de Felipe Gregorio Castillo, María sería proyectada erróneamente en un papel alejado de su verdadera personalidad fílmica, que ella llamó "pecado de principiante". Se recuerda a María Eugenia como la cinta donde María apareció por primera vez en traje de baño en toda su carrera. Lo mismo sucedió con la cinta La china poblana (1943), donde María afirmó haber pagado una deuda de gratitud con su descubridor Fernando Palacios, quien dirigió la cinta.[8] Nadie ha vuelto a saber de esta película (la segunda película a color del Cine Mexicano), por lo que se la considera perdida.
María Félix fue conocida como la Doña por su papel en la película Doña Bárbara (1943)[2], basada en la novela homónima del venezolano Rómulo Gallegos.[1] Para la película, ya estaba contratada otra actriz (Isabela Corona), pero cuando Gallegos vio por primera vez a María en una comida en el restaurante Chapultepec, quedó prendado de ella y exclamó: ¡Aquí está mi Doña Bárbara!. Esta película fue filmada en Venezuela con actores mexicanos y venezolanos.
Doña Bárbara será el inicio de las importantes colaboraciones entre María y Fernando de Fuentes, a cuyas órdenes filma La mujer sin alma (1943) y La devoradora (1946).[2] Con estas cintas, María se convierte en "la destructora de hogares y enemiga número uno de la moral familiar". La propia María decía: De algún modo seduje a la gente, incluso a la que reprobaba la conducta de mis personajes. Empezaba a forjarse mi leyenda sin que yo moviera un dedo. La imaginación del público hizo todo por mí.[9] Estas cintas contribuyen a aumentar su celebridad como "vampiresa por excelencia del cine mexicano". María abandonó este rol en filmes como El monje blanco (1945) de Julio Bracho y Vértigo (1946) de Antonio Momplet. En El monje blanco de Bracho, María interpreta un personaje distinto, en una película realizada en verso con diálogos de Xavier Villaurrutia. En Vértigo María realizó un personaje que requería de una gran intensidad dramática. Por su fuerte personalidad encontró serias dificultades con el director y con el actor Emilio Tuero.[1]
Internacionalización [ editar ]
De la mano del renombrado director Emilio "Indio" Fernández, María realizará las tres películas que la consagran a nivel internacional: Enamorada (1946), Río Escondido (1947) y Maclovia (1948).[3] La relación entre María y Fernández resultó cordial y sin contratiempos a pesar del fuerte y famoso temperamento del director. En Enamorada, María encuentra a su perfecto compañero fílmico, el actor Pedro Armendáriz. Las cintas de María con Fernández y su equipo (Armendáriz, el fotógrafo Gabriel Figueroa etc.), darían la vuelta al mundo y tendrían sólida presencia en varios Festivales de Cine internacionales. A su vez, le otorgan a María sus primeros Premios Ariel. En Río Escondido, María demostró tener un talento dramático inesperado.[3] Por otra parte, en Maclovia, donde interpretó a una india tarasca, logró algo muy difícil para ella: parecer humilde.
Entre las películas de Fernández, María también colabora con Roberto Gavaldón, otro director con quien lució algunas de sus mejores interpretaciones. Su primera colaboración fue en La diosa arrodillada (1947)[2], junto a Arturo de Córdova. Gracias a estos filmes, la fama de María cruza el Atlántico.
Contratada por el productor español Cesáreo González, María comenzó su aventura fílmica en Europa. En México solo actuó en la cinta Doña Diabla en 1949, y no volvería a filmar hasta 1952.[3]
Carrera en Europa [ editar ]
La corona negra. María Félix en su personaje de la película
En España realizará tres películas, Mare nostrum (1948), Una mujer cualquiera (1950) y La noche del sábado (1950), las tres de Rafael Gil. En 1951, filma la co-producción franco-española La corona negra (1951), filme del argentino Luis Saslavsky basado en un argumento de Jean Cocteau. La cinta fue filmada en Marruecos.[2]
De España pasará a Italia, donde realizó Incantessimo tragico (1951) y Mesalina (1951)[2], de Carmine Gallone, en su momento, la cinta más cara del cine italiano. Durante la filmación de esta cinta, el padre de María murió de un infarto en Navojoa.
En 1952, María conquista el mercado argentino gracias a la cinta La pasión desnuda, del cineasta argentino Luis César Amadori. En ese mismo año María regresa a México. Concluye su relación laboral con Cesáreo González en la cinta Camelia. Su estancia en el país se basará principalmente en su matrimonio con Jorge Negrete,[5] su otrora enemigo, y con quien filma la cinta El rapto, dirigida por Emilio Fernández, y que será la última cinta del "Charro Cantor".[3]
Tras la muerte de Jorge Negrete, el 5 de diciembre de 1953, María regresa a Europa. En Francia realizará las cintas La Bella Otero (1954), sobre la vida de la célebre cortesana española que triunfó en Francia a principios del siglo XX, y Les Héros sont Fatigués (1955), esta última al lado de Yves Montand.[3] Sin embargo, la cinta más importante de María en este periodo es French Cancan (1954), del gran director francés Jean Renoir, al lado del mítico actor francés Jean Gabin. Su última cinta rodada íntegramente en Europa, fue la cinta española Faustina (1957), de Jose Luis Sáenz de Heredia.[2]
Último periodo cinematográfico [ editar ]
A su regreso a México en 1955, María, convertida ya en figura mítica del cine, se dará el lujo de elegir sus propias cintas, directores y hasta co-estrellas. Este periodo de su carrera se caracterizó por la realización de cintas ambientadas en la época de la Revolución Mexicana. Este ciclo comienza con La escondida (1955). En este filme, así como en Canasta de cuentos mexicanos (1955) y Café Colón (1958),[2] alterna de nuevo junto a Pedro Armendáriz, única figura que no podía opacar en la pantalla. En 1956 estelariza Tizoc (1956), al lado de Pedro Infante, cinta que sin embargo no fue del agrado de la actriz a pesar de su éxito internacional. Realiza Flor de mayo (1957)[2], con el actor estadounidense Jack Palance, y los melodramas Miércoles de ceniza (1958) y La estrella vacía (1958), esta última, basada en la novela de Luis Spota[2]. Para compensarla, el mismo director de Tizoc (Ismael Rodríguez) le crea un vehículo genial para su lucimiento: La cucaracha, donde el director explota al máximo la recia personalidad de María, llevándola a interpretar por primera vez un personaje distinto: una soldadera, una "mujer de abajo"[2]. En la cinta, María alterna por única vez con Dolores del Río, la otra gran diva del Cine Mexicano. En 1959 realiza la co-producción hispano-mexicana Sonatas (1959), de Juan Antonio Bardem, así como la producción franco-mexicana La fièvre monte à El Pao (Los ambiciosos), dirigida por Luis Buñuel.[2]
En los años 1960, la presencia de María solo se limita a unas cuantas películas, siendo las más destacadas Juana Gallo (1960)[2], basado en una historia real sobre la soldadera homónima de la Revolución Mexicana; La bandida (1962) y Amor y sexo (Safo '63), (1963), cinta de Luis Alcoriza donde realiza un desnudo parcial. En 1970, filma La generala, de Juan Ibáñez, la que sería su última cinta.
Telenovelas [ editar ]
Realizó la telenovela histórica mexicana La Constitución (1970) al lado de la actriz Maria Rubio, dirigida por Ernesto Alonso, siendo su último trabajo profesional como actriz y su única telenovela.[cita requerida] También participó en los años 70 como estrella invitada junto a Sara García en la telenovela Cristina producida en Caracas por Radio Caracas Televisión.[cita requerida]
Proyectos fallidos [ editar ]
En 1945, María debía filmar la cinta La selva de fuego, pero por error de un mensajero, el libreto de esta película llegó a manos de Dolores del Río quien terminó encantada con el personaje. Por su parte, María quedó fascinada por el libreto de Vértigo (que iba destinado a Dolores), ya que el personaje era un reto muy atractivo para "la Doña".
En 1954, le ofrecieron protagonizar una de las mejores cintas italianas, Senso, dirigida por el director italiano Luchino Visconti; pero María se vio obligada a rechazar el contrato ya que la ley italiana prohibía a los extranjeros filmar más de dos cintas por año, por lo que la actriz Alida Valli fue elegida para sustituirla.
En 1964, María Félix haría el papel de La Caponera en la cinta El gallo de oro, dirigida por Roberto Gavaldón, a lado de Ignacio López Tarso, sin embargo, fue Lucha Villa quien terminó actuando en su lugar.
En 1966, Antonio Aguilar le propuso protagonizar la cinta Una mexicana, donde él sería su pareja fílmica, pero al no concretarse la participación de María, Antonio cambió el título por el de Lauro Puñales y para sustituir a María, escogió a su esposa Flor Silvestre.
En 1967, el director argentino Leopoldo Torre Nilson, llegó a México y se entrevistó con María Félix para que protagonizara la co-producción con Estados Unidos Zona sagrada, basada en la novela homónima de Carlos Fuentes, inspirada en la vida de la propia Félix. La película no llegó a rodarse, porque Carlos Fuentes no estuvo de acuerdo con el libreto.
En 1982, María fue contratada para estelarizar Toña Machetes, basada en la novela homónima de Margarita López Portillo, la llamada "Pésima musa", directora de CONACINE y hermana del entonces presidente de México. Sin embargo, aún cuando ya habría cobrado el anticipo de su pago, María se negó a filmar la cinta debido a que el director mexicano Raúl Araiza, fue sustituido por el español Carlos Saura a petición de López Portillo. María fue demandada por López Portillo, pero logró salir airosa del empeño, defendiéndose con su fama internacional. La película se realizó un año más tarde con Sonia Infante.
En 1986 volvieron a pagarle sin trabajar cuando firmó el contrato para protagonizar Eterno resplandor, cinta de Jaime Humberto Hermosillo. Sin embargo, el proyecto se canceló por problemas fiscales y económicos del productor, por lo que la cinta quedó sin filmar.[10]
Proyectos en Hollywood [ editar ]
Casi desde los inicios de su carrera María recibió ofertas de trabajo en Hollywood. Pero la propia María decía: «Me quieren dar papeles de huehuenche o de india cheyenne, y a mí no me da la gana ir en ese plan.»
En 1946, le ofrecieron el estelar femenino de Duel in The Sun, pero no pudo realizarlo por tener el proyecto de Enamorada en puerta, por lo que la actriz Jennifer Jones actuó en su lugar.[cita requerida]
En 1954 le llegó la oferta para protagonizar La condesa descalza, pero María la rechazó porque se encontraba filmando La Bella Otero en Francia, y no quería personificar otra bailarina española ese mismo año, por lo que Ava Gardner terminó actuando en ese papel.
En 1964, Bette Davis le ofreció ser su coprotagonista en la cinta Hush… Hush, Sweet Charlotte, pero María se negó diciendo que no quería hacer una segunda versión de What Ever Happened to Baby Jane? (1962), también protagonizada por Davis. El papel de María lo terminó realizando Olivia de Havilland.
En 1964, John Wayne le propuso ser su pareja en la cinta Circus World, pero "La Doña" lo rechazó alegando que ni loca haría el papel de madre de Claudia Cardinale, ya que la protagonista sería esa actriz. María no estaba dispuesta a estar en segundo lugar después de una principiante, por lo que Rita Hayworth la sustituyó.
En 1968, el director Robert Aldrich le envió el guion de The Legend Of Lylah Clare pero no llegó a un acuerdo con el director y terminó realizándola Kim Novak.
María Félix decía: «Nunca me arrepentiré de haberle dicho que no a Hollywood, porque mi carrera en Europa se había orientado hacia el cine de calidad». También declaró en otra ocasión que: «Los papeles de india los hago en mi país y los de reina en el extranjero».[11]
Vida personal [ editar ]
Su primer matrimonio (1931-1938) fue con el agente de ventas de cosméticos Enrique Álvarez Alatorre.[5] La misma María llegó a afirmar que su primer matrimonio significó para ella la libertad, salir de su casa donde se sentía presa, pero solo pasaba de una cárcel a otra. Al poco tiempo, y debido a los celos de su marido, María se sintió harta y comenzó los trámites del divorcio.[12] Con él procreó a su único hijo, el fallecido actor Enrique Álvarez Félix.
Con respecto a su hijo, María llegó a comentar: «De no haber sido María Félix, me hubiera gustado ser el hijo de María Félix. Enrique es un hombre muy dotado, con un sentido común admirable. Es mi mejor amigo. Me divierto mucho en su compañía. No es un hijo de mami como muchos creen. Trabaja por su cuenta, lucha como ser independiente. Él tiene su propia carrera, su público, su cartel y asume sus responsabilidades sin apoyarse en mí.»[13] La inesperada muerte de Álvarez Félix a consecuencia de un paro cardiaco en 1996, sumió a María en una profunda tristeza, aunque en público siempre demostró una gran entereza.
Su segundo matrimonio (1945-1947) fue con el célebre compositor Agustín Lara "el músico-poeta".[5] María fue admiradora de Lara desde la adolescencia. Ellos se conocieron de forma accidental y poco cordial en una cabina telefónica en la calle de Reforma. Algún tiempo después, fueron presentados formalmente por un amigo en común, el actor Tito Novaro. A partir de ese momento la pareja inició una relación amorosa sumamente publicitada, que culminó en matrimonio en 1945. Lara inmortalizó a María en una enorme cantidad de canciones, tales como Humo en los ojos, Cuando vuelvas, Dos puñales, el chotis Madrid y sobre todo el célebre tema María Bonita,[5] compuesto en Acapulco durante su luna de miel, y que él estrenó en una serenata para ella con Pedro Vargas. María Bonita se convertirá en una de las canciones más populares de Lara a nivel mundial y el himno indiscutible para María en cualquier lugar donde se presentaba. Sin embargo, los celos excesivos de Lara pusieron fin a su relación en 1947. La misma María afirmó que en un ataque de celos violento, Lara incluso intentó matarla.[14] La separación fue inminente.
Tras su separación de Lara, María vivió algunos sonados romances con el magnate Jorge Pasquel, el torero Luis Miguel Dominguín y el actor argentino Carlos Thompson.[5] A este último lo conoció en Argentina durante el rodaje de La pasión desnuda (1952). La pareja estuvo a un paso de llegar al altar, pero en el último momento María se arrepintió.
En 1953, cuando María regresaba a México tras su estancia en Europa y Argentina, se reencuentra con un “viejo enemigo”: el actor y cantante Jorge Negrete.[5] A diferencia de su difícil primer encuentro 10 años atrás en el rodaje de El peñón de las ánimas, ahora María encontró a un Negrete, según sus propias palabras, "rendido a sus pies". Tras un breve romance, la pareja contrajo matrimonio en 1953, en una ceremonia tumultuosa, transmitida por radio a toda Latinoamérica, realizada en la Finca de Catipoato, en Tlalpan, propiedad de María. Por desgracia. Negrete ya estaba enfermo cuando el matrimonio se llevó a cabo. Negrete falleció once meses después en un hospital en Los Angeles, California, mientras María se encontraba en Europa filmando La Bella Otero. La aparición de María en sus funerales vestida con pantalones, causo un enorme escándalo, el cual llevó a María a poner tierra de por medio y refugiarse en Europa.
En su estancia en Francia, María conoció a través de la pintora Leonor Fini, al escritor francés Jean Cau,[5] asistente del escritor Jean Paul Sartre. Con Cau, María también vivió un célebre romance.[15]
Su cuarto matrimonio (1956-1974), fue con el banquero francés de origen rumano Alexander Berger.[5] María conoció a Berger en la década de 1940, pero en ese momento ambos estaban casados. Años después se reencontraron. María permaneció casada 18 años con Berger. Con él intentó de nuevo convertirse en madre, pero un accidente durante la filmación de Flor de mayo (1957), provocó que María perdiera el hijo que esperaba.[16] Berger falleció en 1974 como consecuencia de un cáncer pulmonar, tan sólo meses después de la muerte de la madre de María, lo que la sumió en una profunda depresión, de la que decidió salir triunfante para dedicarse a una nueva pasión: los caballos. Algunos de sus ejemplares llegaron a ganar importantes premios hípicos internacionales. María conservó su cuadra durante 11 años.
Su última pareja sentimental fue el pintor ruso-francés Antoine Tzapoff.[5] Respecto a él, María comentó: No sé si es el hombre que más me ha querido, pero es el que me ha querido mejor.[17]
La prensa especuló una fuerte rivalidad entre María y Dolores del Río, la otra diva del cine mexicano. Acerca de esta "rivalidad" María Félix, dijo en su autobiografía en 1993: «Con Dolores no tuve ninguna rivalidad. Al contrario éramos amigas y siempre nos tratamos con mucho respeto, cada una con su personalidad. Éramos completamente distintas: Ella refinada, interesante, suave en el trato, y yo en cambio enérgica, arrogante y mandona.»[18] En otra entrevista María reveló: «Dolores del Río era una Gran Señora. Dolores era aparte. Una mujer muy inteligente, una mujer de primera clase, una mujer divertida. Yo quise mucho a Dolores y guardo un gran recuerdo de ella».[19]
Modelo y musa [ editar ]
Durante su vida, María fue modelo de muchos renombrados pintores. En su adolescencia fue pintada en Guadalajara por Jose Clemente Orozco, quien según María, la pintó como una "calavera maquillada".[20] María conoció a Diego Rivera durante la filmación de Río Escondido. María trabó sólida amistad con él y con su esposa, Frida Kahlo. Rivera estuvo perdidamente enamorado de ella, aunque sin esperanzas. María aceptó posar para Rivera en varias obras, a pesar de que siempre afirmó que su pintura, así como la de Frida Kahlo, nunca fueron de su agrado.
Otros renombrados pintores que plasmaron a María en sus lienzos fueron Leonor Fini, Leonora Carrington y Remedios Varo entre otros. En los años 1980, su última pareja, el pintor ruso-francés Antoine Tzapoff le dedicó gran cantidad de obras.
Tuvo trato con numerosos escritores y dramaturgos, tanto mexicanos como extranjeros, algunos de los cuales le dedicaron algunas novelas. Entre ellos se encuentran Renato Leduc, Xavier Villaurrutia, Salvador Novo, Pita Amor, Jean Cocteau y Octavio Paz. Luis Spota se inspiró en su vida para su novela La estrella vacía, que incluso María protagonizó en el cine, y Carlos Fuentes hizo lo mismo en la novela Zona sagrada. Su relación con Fuentes se terminó cuando el autor realizó la obra Orquídeas a la luz de la luna, donde parodia las personalidades de María y Dolores del Río. María, iracunda, lo llamó "mujerujo".
También fue inspiración para músicos y compositores. Además de Agustín Lara, también realizaron composiciones para ella Cuco Sánchez, José Alfredo Jiménez y Juan Gabriel.
Deceso [ editar ]
Los años postreros de María transcurren entre eventos sociales, homenajes, opiniones controvertidas y simples despropósitos. Hasta el final de su vida aseguró que quería volver a la actuación, pero nunca se concretó nada.
María Félix murió mientras dormía, el 8 de abril de 2002 (el día exacto de sus 88 años), aproximadamente a la 1:00 a.m. hora de la Ciudad de México, pero sólo hasta cerca de las 10:00 de la mañana, se descubrió el cuerpo sin vida; el acontecimiento fue informado por su médico de cabecera, Dr. Enrique Peña.
Su cuerpo fue transportado de su residencia de la Colonia Polanco en la Ciudad de México al Palacio de Bellas Artes. El cortejo fúnebre fue flanqueado por una escolta de motociclistas y gente del pueblo que la acompañó a su paso por las diferentes calles por donde desfiló hasta llegar a su destino.
El féretro con los restos mortales de María nunca se abrió de acuerdo con los deseos de la propia finada.
El féretro en Bellas Artes permaneció durante 22 horas; de este sitio, partió el cortejo fúnebre hacia la Asociación Nacional de Actores en donde se le rindió tributo en el Teatro Jorge Negrete. De este lugar partió el cortejo fúnebre hacia el Panteón Francés donde reposan sus restos al lado de su hijo Enrique Álvarez Félix y de sus padres.
Al morir dejó su fortuna, incluidas propiedades y grandes obras de arte a su asistente personal de 28 años, Luis Martínez de Anda. La familia no fue beneficiada en el testamento. Benjamín Félix Güereña, hermano de La Doña, solicitó una exhumación de su cadáver para determinar las causas de la muerte, por considerar que hubo irregularidades en su inhumación. Una semana después, los peritos determinaron que María Félix había muerto por una insuficiencia cardiaca y no había muestras de muerte violenta. Después de la exhumación, Félix Güereña retiró dicha denuncia y expresó estar conforme con las conclusiones de la averiguación.[21]
Como parte de la 56 Muestra de Cine Internacional en la Cineteca Nacional y celebrando los 100 años del nacimiento de la diva del Cine de Oro Mexicano, se reestrenó la película La diosa arrodillada. La cinta original se encontraba fuertemente dañada, por lo que para hacer el reestreno tuvo que ser completamente remasterizada y restaurada digitalmente.[22]
Premios [ editar ]
Filmografía [ editar ]
México
Documentales
España
Italia
Argentina
1952 - La pasión desnuda (Argentina, España, Italia)
Francia
Videografía [ editar ]
Telenovelas
1970 - La Constitución (México. Dir. Ernesto Alonso)
(México. Dir. Ernesto Alonso) 1970 - Cristina (Venezuela. Aparición especial como Domenica, La Leona)
Programas Especiales
Discografía [ editar ]
La voz de María y la inspiración de Agustín (RCA Víctor, 1964) [ 23 ]
Lado uno:
«Por qué negar» «Gotas de amor» «Escarcha» «Limosna» «Noche de ronda» «Te quiero»
Lado dos:
«Volverás» «Una cualquiera» «Arráncame la vida» «Cada noche un amor» «Rival» «Solamente una vez»
«Ella» «La cigarra» «El corrido del norte» «Pobre corazón» «La noche de mi mal» «Cada noche un amor» «Mano a mano» «De mi barrio» «Escándalo» «Silencio» «Et maintenant» «Je l'aime à mourir» «Prends garde»
Bibliografía [ editar ]
Referencias [ editar ]
Enlaces externos [ editar ]
The glamorous and iconoclastic star of Mexican film’s Golden Age was known for her bold style, sophistication, outspoken views, business savvy and independent spirit.
María Félix, the glamorous and iconoclastic actress who was the star of Mexican film’s Golden Age in the 1940s and 1950s, is the Google Doodle today, marking what would have been her 104th birthday. Here are five things to know about the woman known for her bold style, her sophistication, her outspoken views, business savvy, independent spirit and who was a muse for many of Mexico’s musicians, painters and writers.
María Félix made her screen debut in the movie El peñón de las Animas (The Rock of Souls) in 1943. The film starred Jorge Negrete, the popular singer and the leading man of Mexican cinema’s Golden Age. Their first meeting was confrontational: Félix had taken the role from Negrete’s then-girlfriend, Gloria Marín. A stormy, very public and passionate relationship ensued, and the pair married in 1952. Mexico’s euphoria on the day of the wedding turned to despair in December, 1953, when Negrete died of hepatitis.
Singer and composer Augustín Lara, who was Félix’s second husband, wrote the song “María Bonita” in her honor in 1946. Among the other songs inspired by the actress was Mexican pop icon Juan Gabriel’s “María de las Marías,” which he wrote in 1979.
Diego Rivera, whose reported affection for María Félix was not reciprocated, painted a large portrait of the actress in 1949. Juan Gabriel later bought the painting, but its whereabouts are currently unknown. Another Rivera portrait of the diva, “Madre Mexicana,” a work in charcoal, was auctioned for $325,000 in 2007.
In 1984, the she was named one of the Best Dressed Women in the World by the Italian Chamber of Fashion and the French Federation of Couture. Known for her glamour and, for the time, irreverent style (she was bashed in the Mexican press for wearing blue pants to her husband Jorge Negrete’s funeral), Félix was dressed by Christian Dior, Yves Saint Laurent and Pierre Cardin, who designed her trademark suits. She also had a close relationship with Mexican designer Armando Valdes Peza.
María Félix had made 47 films when she passed away at age 88. She died on April 8, the same day that she was born in 1914.
Con su tradicional doodle, Google recuerda el aniversario de la muerte de esta "mujer con corazón de hombre" Crédito: http://www.actitudfem.com/
8 de abril de 2018 • 01:51
María Félix era considerada una de las mujeres más bellas del mundo por poetas, escritores y directores cinematográficos aunque no se sentía una "diva", al alegar que: "Diva es una cosa prefabricada, pero yo no soy prefabricada. Me fabricó la vida y posiblemente me fabricó bien.".
Esta referente del cine mexicano fue La Doña, María Bonita, Señora Tentación, La Devoradora y Mesalina, entre otros personajes, y construyó, con cada uno de ellos, un estilo que se mantuvo pese al paso de los años y de las modas. "Sólo he sido una mujer con corazón de hombre", decía.
Nació el 8 de abril de 1914 y creció en Álamos, el estado mexicano de Sonora. Fue bautizada como María de los Angeles y, durante su adolescencia, su familia se mudó a Guadalajara, donde fue coronada Reina de belleza en la Universidad de Guadalajara.
María Félix, un ícono de la Edad de Oro del cine mexicano Crédito: Captura de pantalla
Esta mujer, que tuvo 15 hermanos, se casó a los 14 años -contra el deseo de sus padres- con un joven empleado que la había flechado en un baile de disfraces. Este matrimonio duro poco y le dejó un hijo que fue secuestrado un tiempo por su padre. Además, marcó el comienzo de un peregrinaje que culminaría en 1940, cuando el director Fernando Palacios la descubrió por la calle y le propuso hacer cine. Lejos de amilanarse, aceptó la propuesta.
María Félix rechazó al magnate de Hollywood Cecil B. Demille e, incluso así, se convirtió con los años en un icono de Edad de Oro del cine mexicano. Lanzó 47 películas en México, España, Francia, Italia y Argentina y fue considerada una musa por artistas famosos como José Clemente Orozco y Diego Rivera, novelistas y dramaturgos como Jean Cocteau, Renato Leduc y Carlos Fuentes, y músicos como Juan Gabriel y Francis Cabrel.
Esta diva se consolidó, también, como un ícono de la moda dado que vestía ropa y joyas diseñadas expresamente para ella por referentes como Christian Dior y Cartier Paris. María Félix trascendió las barreras y se estableció como una voz femenina extremadamente influyente en el cine internacional.
Finalmente, murió el 8 de abril de 2002- el día de su cumpleaños número 88°- debido a un problema cardíaco. Por su gran trayectora y valor cultural, Google decidió homenajearla con un doodle creado por el artista Paulette Jo.